Energías renovables

ENERGÍAS RENOVABLES


Las renovables son tema que tenía muchas ganas de charlar porque del ecosistema energético argentino conozco poco, así que por descubrir tengo mucho.

Aprovechando el desconocimiento, arranqué por lo básico: googlear energías alternativas. Después de los anuncios, el primer resultado es una página del ministerio de economía titulada ¿Qué son las energías renovables? que –además de dar un buen panorama general sobre energía eólica, solar, biomasa, biogás, biocombustibles, pequeños aprovechamientos hidroeléctricos y geotermia– permite percibir la importancia de las energías renovables como un sector estratégico en el desarrollo económico del país

Otro dato que aprendí en el primer golpe de google fue la diferencia entre renovables y alternativas. Todas las renovables son alternativas, pero en “alternativas” también se incluye a la energía nuclear. Esa viene un tanto polémica, tiene en su contra el complicado manejo de los desechos radiactivos y las historias de accidentes como los de Fukushima y Chernóbil. Pero a su favor tiene la capacidad de producir energía eléctrica sin emisiones de CO2 y de hacerlo a demanda (cuando se la necesite, sin esperar a que sople el viento ni a que brille el sol), según este señor en una ted.

Bueno, suficiente googlear, veamos casos.

 

El 17/08/2022 me reuní con emprendedores de triple impacto para conversar sobre sus proyectos y conocer cómo se está trabajando en Argentina para impulsar la adopción de energía renovables. Comparto aquí los apuntes de esa reunión:

Biomasa

La energía de biomasa se obtiene al quemar residuos vegetales como leña o restos de poda. Hablar de combustión en una solución a la crisis climática me sonó raro porque donde veo humo veo emisiones de CO2, pero resulta que el punto favorable está en aprovechar residuos.

Los residuos de biomasa suelen venir de aserraderos, cultivos o poda urbana. Su destino habitual es enterrarlos (generando descomposición anaeróbica y emisiones de gas metano) o quemarlos al aire libre (generando emisiones de CO2 y posibles incendios forestales). La biomasa, donde sea que se la deje, va a emitir CO2, por lo que resulta más conveniente emplearla para reemplazar combustibles fósiles.

La combustión de biomasa es una forma más eficiente de producir la energía térmica requerida por ciertas industrias. Implementa una lógica de economía circular al dar un destino útil a los residuos vegetales de diversas fuentes.

Esto es algo que fui aprendiendo al hablar con Ignacio Ferlijiwskyj, de Lignis, una empresa que gestiona residuos vegetales para convertirlos en combustibles alternativos y ayudar a reducir la huella de carbono en pequeñas industrias. Como ejemplo nos contó sobre el caso de una fábrica en la provincia de Santa Fe que anteriormente usaba fueloil en su caldera pero luego lo reemplazó con biomasa y logró así una reducción de 8000 toneladas en sus emisiones de CO2 anuales. 



Energía solar distribuida 

Después apareció en la reunión Emiliano Eftimio, de Sunef, y hablamos sobre un futuro hermoso, en unos 30 años, donde el paisaje suburbano está decorado con paneles solares en los techos de cada casa. La pasé muy bien imaginando ese futuro tan solarpunk (un género literario de utopía sostenible), pero también pude anotar algunos datos muy interesantes: 

 

 

Una gran ventaja de la energía solar es la generación distribuida: todo hogar o empresa puede generar energía para abastecerse a sí mismo e incluso compartir el excedente con sus vecinos o redistribuirlo a la red pública. Esto representa un factor estratégico nacional tan importante que en 2017 se aprobó una ley de fomento a la generación distribuida de energía renovable y se hizo un video con dibujitos para explicarla. 

 

 

En general, la energía solar se usa en sistemas híbridos para complementar a la red pública. Un controlador elige automáticamente qué fuente usar: prioriza la energía de los paneles pero cuando esta no alcanza (de noche, por ejemplo) toma energía de la red. También se pueden usar baterías para almacenar la energía de los paneles y tener una reserva para la noche o para cuando falle la red pública. 

 

 

Pero hay un dato fuerte que me quedó de esta charla: faltan instaladores

 

 

Falta gente de la que viene a tu casa y te instala los paneles. Demanda hay, son muchas las casas que están queriendo paneles en su techo, pero se queda corta la oferta, hay pocas personas y empresas dedicadas a comercializar e instalar paneles. 

 

 

Así que –si andabas queriendo estudiar algo rápido– parece que un curso de instalación de paneles fotovoltáicos tiene buena salida laboral, además de ser una actividad clave en la transición energética que necesitamos hacer para mantener el planeta un par de grados menos caluroso.

 

 

Eftimio incluso nos recomendó una plataforma educativa que trabaja este propósito, la Fundación Energizar

 

 

Resumiendo… beneficios de la energía solar: 

 

 

  • Energía eléctrica sin emisiones de GEI. 
  • Ahorro económico al consumir menos (o nada) de la red pública.  
  • Disponibilidad en los momentos donde falla la red pública. 
  • Accesibilidad en lugares remotos donde no llega la red pública. 

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